¿Qué queda por contar?


Nada.

No queda nada... reconozco que pensé en actualizar todos estos días atrás con una foto por día, por aquello de rememorar o "celebrar" el tan esperado regreso de mi Madre...pero no fue así, y menos mal, porque gracias a no tener tiempo de hacerlo, he podido disfrutar de la satisfacción del trabajo bien hecho...para desgracia de mi novia, ( que a pesar de todo, estuvo conmigo, y supo entenderlo y vivirlo a mi manera), y alguna que otra quedada anulada por cumplir con lo que nos habíamos propuesto...

Han sido dos días, ( en realidad, más de dos) de prisas, viajes a la parroquia, al "museo", a la "hermandad"; dos días de limpiar, dos días de "replantear", dibujar, probar, fundir, preparar, elegir, coser, pelar, quemar, colgar, ver, llorar, reír... dos días MUY especiales...

Ya el sábado por la mañana se aventuraba un gran desenlace de ese viaje, que no queríamos que llegara ( sobre todo Paco Moya, que ha tardado seis meses en dormir tranquilo, Gracias Paco, por cierto), pues eso, un sábado por la mañana bonito ( porque nos reímos, y pasamos una grandiosa mañana, Gracias Grupo Joven, Gracias Gemma, y Miriam, y Lola, y Marina, y hermana, y Juan Luis, y...), porque no parábamos de soñar e imaginar un montaje elegante, sencillo, bonito y a la altura del momento ( lo conseguimos, Gracias Jose María) porque por la tarde decidimos hacer unas "colgaduras" y nos dieron las 1.30 de la madrugada ( somos unos testarudos invencibles, Gracias María por acompañarme en eso de la testarudez), porque cuando cosíamos a las 20:40 y llamó mi madre diciendo que venían por Aguadulce, el corazón se nos subió a la boca y salimos corriendo, literalmente a la parroquia ( y que gran carrera, Gracias Mª del Mar Molina, que llenas de vitalidad y alegría cualquier momento), porque cuando vi el AMBIENTE ( sí, con mayúsculas), indescriptible que había el sábado noche en la puerta de los Franciscanos me sentía pletórico, feliz, y sabedor de que estaba viviendo un esperado y grandísimo momento para mi Hermandad y para mi propia historia ( ¿no Manu? Gracias "Joío"), porque cuando mientras prendía la cera de los faroles, al mirar vi "algo" envuelto en mantas, que hizo que me temblaran las piernas (efecto que aún teniéndote aquí había olvidado... ), porque cuando fuimos a la Hermandad a por el pollero María y yo ya sabíamos por lo que íbamos a pasar apenas unos minutos después, y no pudimos resistir mas (Gracias otra vez María, por acompañarme en eso del sentimiento...), porque cuando la ví, cuando la volví a ver, ya solo al ver su espalda, su pelo, su silueta, su presencia, cuando ya con eso la emoción se hizo dueña de todo mi cuerpo, ahí me sentí de nuevo lleno, ahí recibí el CONSUELO de cualquier afligido, mi Consuelo. Ahí vi lo grande, y pequeñ(a) del momento.

Cuando a las 1.30 salí de la "hermandad" con las colgaduras terminadas bajo el brazo, y miré hacia los Franciscanos pensé... Ahí está... vuelve a estar ahí... pude respirar de la forma más tranquila que he experimentado hasta ahora.

Ya el domingo... ¿para que contar? no queda nada... grandísimo día, gloriosa mañana...

La Virgen del Consuelo estaba otra vez en su casa, la gente se acercaba antes de empezar la misa y el besamanos porque tenían que verla, necesitaban verla(claro, yo no soy el único), los comentarios iba todos dirigidos a su belleza, a su dulzura, a lo delicado de su expresión, lo suave de sus rasgos, de su gesto, la tranquilidad y el reposo de su semblante... todos iban dirigidos hacia mi Madre. Todos los comentarios, abrazos y gestos a lo largo del día son de agradecer (Rafilla, Isa, Rafa, Jose Esteban, Cañass, Frasco, Crespo, María, otra María...y muchos más); y además, todas las presencias son de agradecer y ¿por qué no? especiales... (Gracias Diego y Karpin, y otra vez María y Jose María )

Creo que escribí mucho, y me fui por las ramas, aún no he expresado ( ni podré, ni sabré) todo lo que tengo ahora mismo dentro, a lo largo de estos días lo haré... pero espero haber sabido haceros partícipes aunque sea un poco de todo lo que he vivido estos dos días, y espero haber sabido agradecer lo suficiente estos dos días completos...

Por fin puedo deciros y repetir lo que hoy me han dicho tantas veces: "¡¡...Que ya está aquí!!"

1 comentario:

Anónimo dijo...

pero tambien quedará para la historia donde y como y cuando fue la primera vez, en Málaga, lo mismitico que la Cena en al Iglesia de los Terceros en Sevilla, lo mismo que Los Angeles con los "Negritos", también en Sevilla, o la Caridad en Santa Marta que curioso tabiém en Sevilla, en esta ocasión nos ha qeudado el "consuelo" de 200 kilómetros menos, en la vecina Málaga.

Salvador Moreno

 

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