¡Que amables son tus moradas, Señor!,
Dichosos los que viven en tu casa, siempre cantan tus amores, siempre cantan tus amores.
Dichoso el que encuentre en TI la fuerza, y en su corazón decide el santo viaje.
PASANDO POR EL VALLE DEL LLANTO,
ÉL, LO CAMBIA EN BENDICIÓN;
crece en el camino su vigor, hasta llegar a Sión.
MEJOR ES UN DÍA EN TUS ATRIOS QUE MIL FUERA DE ELLOS.
PORQUE ESTAR EN EL UMBRAL DE TU CASA, ES SIEMPRE MEJOR
QUE HABITAR EN LOS PALACIOS.
Salmo 83